"EN CIELO DE PATRIA, ¿DÓNDE QUEDARON MIS OJOS?"

             CRÓNICA: "EN CIELO DE PATRIA, ¿DÓNDE QUEDARON MIS OJOS?"

MEMORIAS
Memorias por Solís en Foto

                                           ¿Las cadenas en mis muñecas significan patria? (Reflexión sobre las memorias acapulqueñas y  la libertad)

He llegado a pensar que la bandera Mexicana esconde un significado más profundo y prominente a nivel internacional,  pero por mas que lo busco no logro identificarlo del todo, esta es una mezcla entre el miedo de una batalla y la resonancia de una manifestación constante en pleno año 2022, claro que se incluyen varios factores, pero México en especial transmite misterio en los bordes más oscuros de su lema patrio.

Me hace mirar casos que quedaron postrados en el pavimento del crimen y me llama de alguna parte dentro la memoria histórica a descubrir otras versiones verídicas dentro del agujero impune del sistema.

Volteo a ver a todos lados y anclada me quedo ante esa emoción esparcida en el aire que me hace tambalear y de pronto correr, como en un sueño, correr hasta que la sangre hierva, quito mentalmente la manta a los personajes que han transitando por los corredores de la política y la literatura mexicana. En mi ruta geolocalizo mentalmente donde es más “seguro estar”, mientras tambores de guerra zumban en mis oídos y se apresuran a dar entrada al himno nacional por el día de la independencia mexicana. Me quedo sin aliento, lo que suena al fondo es una historia sangrienta, de ahí que me encuentre aislada entre los edificios más deshabitados y gigantescos del municipio Acapulqueño. La esperanza que brilla en mi regazo solo palidece al son del himno hasta que realmente luce como un rayo de sol con partículas de polvo al desprenderse de los muros viejos y los casos jamás escuchados del puerto.

Me remite entonces a la historia de un preso que estuvo de paso en los calabozos de Acapulco, se hacía nombrar Epigmenio Gonzáles -nativo de Santiago de Querétaro- un lugar con una estructura arquitectónica diferente a la de Acapulco debo mencionar. Él fue preso por la independencia mexicana, preso por abogar a la libertad.

 Un preso que fue atrapado por infidencia y llevó a sus adentros el peso de la lucha conspirativa que había intentado llevar por invitación de Allende, para posteriori participar en la independencia mexicana; Epigmenio, un personaje que no fue reconocido como padre de la patria pero que sí hizo alusión a las voces que estaban a favor de este movimiento y presenciaron las circunstancias de este movimiento en contextos disímiles a los presentes en pleno combate.

Se encuentra fundamentado en el libro “Circunstancias” por Jesús Reyes Bustos.

Es justo recordar que todos alguna vez en la era de la independencia mexicana proclamaron libertad, pero ¿qué esperanza tenía quien la proclamaba desde el fondo de un calabozo a gruesas capas de paredes descarapeladas y a millas de distancia de su verdadero hogar?

Es la persistencia y la tolerancia lo que hace digno de leer a Epigmenio en sus misivas.

Mucho después de su estadía en la cárcel de Acapulco, llegó a dar a un archipiélago en Filipinas.

Y  he aquí la pregunta, ¿cómo se mantiene vivo durante el transcurrir de los años?

Pero bien, a decir verdad pensar en la patria como una cárcel vista desde los ojos de Epigmenio no es una novedad.

El defendía su libertad, casi como si le diera una connotación diferente a las esposas en sus muñecas y hoy en la actualidad la patria y la libertad  parecieran estar en bandos contrarios.

Entonces reflexiono ¿Se habrá vuelto acaso el silencio un sinónimo de patria?

Mi mente queda en blanco al no obtener respuesta y en su lugar surge el recuerdo de otro día en específico que alguna vez me hizo reconsiderar el significado de la patria.

Te cuento que lo recuerdo como si fuera ayer:

 9 de agosto, un día nublado pero extrañamente caluroso, la gente se dispersa entre abrazos y sonrisas, algunos con sus mejores trajes, otros con la comodidad pintoresca de un acapulqueño. El ambiente que huele a prisas y ansias, niños inquietos de la mano de sus padres, niños que corren con la cara pintada en detalles de la figura representativa del estado de Guerrero: el jaguar.

El Fuerte de San Diego que está de gala por ser día internacional de los pueblos indígenas hace alborotar a sus habitantes, entre ellos estoy inmersa y repito mentalmente en tela de juicio : “Los indígenas no son representación de la pobreza”.

Una vez escuché decir a un señor con sombrero costeño que a los indígenas se les catalogaba por ser personas carentes de identidad, cuando es todo lo contrario, poseen cosmovisiones que sin duda ayudan y contribuyen al significado ancestral de la patria mexicana.

El  Fuerte de San Diego que figura estar solo en otras días y que a veces pareciera mantenerse intacto, congrega en este día a las personas que defienden sus raíces ancestrales.

Incluso las cámaras de la prensa están atentas y en reposo de nuevas capturas del evento, otros invitados solo observan a que las puertas de madera sean abiertas para sucumbir al encanto de la exposición tan mencionada: “Guerrero; el pueblo del jaguar”.

Nadie se espera una lluvia en el histórico Fuerte de San Diego, sin embargo la bandera mexicana ondea y en los horizontes se asoma ya una neblina oscura.

Cuando la inauguración empieza comienzan ya a caer algunas gotas, en el momento que la presentadora del evento nos sumerge en tiempos remotos de nuestros antepasados, la audiencia escucha y el “clic” de las fotos se hace evidente sobre la llovizna, como si fuese esta una llovizna digital.

Mientras yo solo escuchaba pasos de gente que ya no estaba, portazos y rejillas de quienes habían sido capturados como el inagotable Epigmenio González.

Por un segundo la vida de Acapulco parecía resucitar otra vez cuando nos dieron acceso a las instalaciones del Pueblo de El Jaguar.

Por dentro La exposición “El jaguar” tomaba forma de pueblo y costumbres indígenas, más adicionalmente se veía a unos caballeros defendiendo su entidad a través de imágenes que capturaban aquellas acciones históricas para levantar el pueblo.

En pleno 2022, se respiraba ya una nueva generación entre nosotros, emergiendo dentro de la exposición del jaguar. Ahora siendo nosotros quienes tomábamos capturas a nuestros antepasados.

Me pregunto entonces, ¿que verían nuestras generaciones futuras de nuestro presente, cuando a ellos les toque pasar  a la sala de la exposición “Guerrero 2052”? , 30 años después.

Nuestra especie representativa que es el jaguar está hoy día en peligro de extinción y años atrás ya se presagiaba su extinción. Hoy, su guarida mística parecía provenir del cielo que proclamaba una tormenta, ya no parecía provenir desde nuestras tierras originarias y nuestra cosmovisión.

Mientras mi equipo de prensa se dispersaba por la “sala del jaguar” la gente murmuraba sus sorpresas y algunos se resistían a lo perceptible frente a sus ojos. Extranjeros estaban presentes, desde sus perspectivas venían aquí descubrir otros mundos, otras raíces.

Hago apartado para mencionar que como actual generación de origen acapulqueño me he sentido ajena a la imagen que me muestran del Acapulco emblemático, así como de “Acapulco de Oro”, muchos otros jóvenes visualizan esta versión en los libros o en las películas extranjeras. Las personas de tercera edad parecen apreciar con verdadera gratitud lo que tienen frente a sus ojos respecto a este Acapulco, mientras la generación actual trata de asimilar una idea que nunca vieron, mas sin embargo, saben que existió.

Tras las vitrinas de la exposición de ese día se pueden ver libros con fundamento histórico, curiosamente algunos nombres de artistas indígenas y simbolismos que se han mantenido preservados a lo largo de los años. Para mi lo más significativo en ese momento era que todos estábamos dentro siendo testigos de lo expuesto, haciendo memoria de ese momento.

Quizás en cielo de patria, no perciban mis ojos una visión clara de su significado a día de hoy, probablemente también tú te sientas identificado, sin embargo lo que sí creo que podríamos compartir a día de hoy independientemente de la generación, son los ideales y el espíritu Acapulqueño, repleto de más preguntas que respuestas.

·       Nota: Foto de portada que hace alusión a las memorias.

 

Autora del texto: Liliana Rodríguez Solís, ( @Latina.de.nacimiento).

Foto portada capturada por: Jorge Akbal Solís, (@Solis en foto).