Mujeres nahuas de Copalillo

Mujeres Nahuas de Copalillo

  • Los trabajos que ellas realizan, son principalmente, la artesanía con el tejido de hamacas y en temporada de siembra también realizan labores de agricultura.

Copalillo es un municipio situado en la zona norte del estado de Guerrero, con presencia de población indígena nahua, donde la cultura Olmeca salta a la vista en “Teopantecuanitlán, que significa “el lugar del templo de los dioses jaguares”, este sitio con características Olmecas se encuentra ubicado a lo largo del Valle cercano a la confluencia de los ríos Amacuzac y Mezcala, en el municipio de Copalillo, Guerrero…” (6)

Las mujeres nahuas de Copalillo, como bien dice Marcela Lagarde (5), si pudiese caracterizárseles y sin afán de caer en prejuicios son “Seres del amor, seres para el amor” ellas mismas se autoadscriben como mujeres trabajadoras, cumplidoras, que se enfocan en cuidar a sus hijos y mandarlos a la escuela. Así mismo, realizan los trabajos del hogar, pero también fuera de él.  Esta forma de amar y de relacionarse se construye a partir de la cultura a la que pertenecen, donde aprenden formas de ser y patrones a seguir antagónicas de lo que es ser mujer y ser hombre (4).

Mujeres Nahuas
Mujeres y niños en la elaboración de hamacas (Foto: Mónica Sánchez).

Los nahuas, según Good (2) tienden redes de ayuda recíproca dentro de su grupo doméstico, así como con otros miembros de su comunidad. Sin embargo, en el caso de las mujeres se ve reflejada una doble o triple jornada laboral, pues en sus palabras dicen: “El hombre aunque ya llegó del trabajo se sienta, pero yo aunque llego de vender, tengo que llegar a hacer la comida”.

Los trabajos que ellas realizan, son principalmente, la artesanía con el tejido de hamacas y en temporada de siembra también realizan labores de agricultura, mismas actividades que proveen el sustento del hogar.

Además, como tradición cultural y como redes de colaboración en la familia, a las mujeres se les ha formado para ser cocineras, expertas en la gastronomía peculiar de su región. Con los platillos típicos, como son el mole de guajolote, tamales, atole de grano, entre otros alimentos que son elaborados con productos de la región, criollos, como ellos le llaman. Esta práctica ha sido parte de su deber por ser mujeres y por ser quienes atienden los quehaceres del hogar. Sin embargo, hoy en día ya no es el caso de muchas de ellas, porque salen fuera del municipio para estudiar o emigran a otras ciudades o a Estados Unidos de Norte América  para trabajar.

Hablar de las mujeres indígenas, es hablar de una doble exclusión, por ser mujeres y por ser indígenas; que se convierte en triple por la marginación social, es decir, por falta de acceso a las oportunidades, al trabajo, la educación, la salud y la justicia.

Las mujeres de esta municipio tienen que trasladarse al municipio de Huitzuco de los Figueroa a 40 minutos de ahí, esto para recibir atención médica cuando dan a luz. Por lo demás, hay un centro de salud que carece de los aparatos médicos y que además, según ellas, la atención recibida por parte del personal médico no es digna.

Aunado a estas brechas de desigualdad social, las mujeres tienen desventajas con respecto a los hombres de su comunidad y del interior de sus familias (1). Ellas dicen que en su comunidad se les da más preferencia a los hombres para que estudien y para que salgan de su hogar.

Pese a las inequidades que las mujeres han vivido, muchas de ellas tienen conocimiento sobre la violencia de género y algunas de ellas han alzado la voz. Esto se refleja en las demandas que han realizado en las instancias de apoyo a la mujer (3) como la Dirección Municipal de la Mujer, el Centro para el Desarrollo de las Mujeres con Perspectiva de Género de Inmujeres, así como otras instancias externas al municipio. 

Mujere Nahuas 2
El interior de una cocina en Copalillo (Foto: Mónica Sánchez).

Cabe destacar que algunas mujeres del municipio que han estudiado su licenciatura y maestría, pretenden gestionar una Casa de la Mujer Indígena, porque en esa zona no la hay y es primordial para el desarrollo de las mujeres nahuas.

Muchas de ellas, también han sido víctimas de violencia física, psicológica, patrimonial y sexual. Pese a todo, la actitud de ellas por ser mujer la demuestran de una manera orgullosa, cuando dicen que ser mujer está muy bien (“kuajle te”, significa que es algo bueno), además dicen ser trabajadoras, luchadoras.

Si bien los nahuas tienen su propia forma de organización familiar y comunitaria, es bueno tomar en cuenta que las mujeres ya no ignoran las inequidades que han tenido con respecto a los hombres. Por eso, hablar de nuevas formas de organización, de participación, responsabilidades e igualdad es necesario para los pueblos indígenas.

 

Referencias

1. Del Popolo, F., López, M., & Acuña, M. (2009). Juventud Indígena y Afrodescendiente en América Latina. Madrid: OIJ/CEPAL.

2. Good Eshelman, C. (2013). Formas de organización familiar náhuatl y sus implicaciones teóricas. La ventana. Revista de estudios de género, 4(37), 9-40.

3. González, S. (2009). Violencia contra las mujeres, derechos y ciudadanía en contextos rurales e indígenas de México. Convergencia, 16(50), 165-1185.

4. Herrera, C. Mujeres que ya no sufren por amor transformando el mito romántico.

5. Lagarde, M. (2001). Claves feministas para la negociación en el amor. Puntos de encuentro.

6. Zepeda, E. A. M. La Presencia Olmeca en el Estado de Guerrero; factores sociales, políticos y materiales en un área cultural.

Comments

Maria Zeferino (no verificado), Lun, 13/07/2020 - 00:43
Excelente trabajo, mi reconocimiento por este gran trabajo y de muchos mas que vendran, esa humildad que te caracteriza te ara llegar muy lejos, trabajar con mujeres nahuas te hará conocer su territorio y sus problemáticas en la vida social, político y económico. Trabajar de la mano con ellas te dejaran muchas enseñanzas.