¿Quién va a escribir tu poema, Chávez?

¿Quién va a escribir tu poema, Chávez?

 

El pasado jueves 30 de abril fue el día de la niñez, a través de distintas plataformas y canales televisivos se “festejó” a los pequeños del hogar; en realidad todos hicieron su parte para sobrellevar lo mejor posible la situación de confinamiento y festejo. Las maestras se disfrazaron para leer cuentos a sus alumnos durante su clase virtual, los policías repartieron juguetes, incluso algunos padres llevaron a sus hijos a conglomeraciones que representan alto riesgo de contagio por una deliciosa pizza para festejar el día, lo que sea por la sonrisa del infante. Yo dormí todo el día, nadie iba a leerme un cuento, a darme un juguete, o a darme pizza, no tenía caso seguir consciente. Cuando desperté el mundo había perdido parte del brillo, el trovador Óscar Chávez había muerto, también una parte de mi niñez.

Sus canciones me acompañaron las mañanas de domingo, cuando vivía aún en un pueblito del Estado de México, junto a mis padres y hermanas. Sus aportes a la música, al arte, a la cultura, a los movimientos sociales y demás, lo harán perdurar por siempre, por algo fue considerado durante la época de los 60 el mayor exponente en la música mexicana de La nueva canción, movimiento caracterizado por su fuerte carga política y su compromiso social.

Es increíble pensar que apenas el año pasado se presentaba en el Foro Sol junto al Panteón Rococó en la edición del Vive Latino 2019. A sus más de 80 años no temía enfrentarse a un público joven que en muchos casos no sabía quién era, lo importante para él era emitir un mensaje, mantener viva la historia de los que viven apachurrados en casa pequeñas, de los que no tiene voz. Y es que, con la voz que Óscar Chávez poseía, podía hacer sonar cualquier causa. Cuando se presentó en el Fuerte de San Diego en la edición de La Nao 2017, recuerdo haber quedado impresionada, aunque no estuviera cantando su voz era enorme, poderosa, profunda, acogedora; más cuando decía que por mí había dejado de pensar en el mar, que por mí había dejado de pensar en el cielo.

Y qué decir de su carrera en el cine, ya fuera actuando o colaborando en el soundtrack, participó en las producciones: Santa (1969), Las Cadenas del Mal, El Oficio Más Antiguo del Mundo, Flor de Durazno, (todas 1970), y La Generala (1971), por mencionar algunas; sin embargo, fue con su debut en la película Los Caifanes (1966-1967), que se hizo acreedor del reconocimiento del público con su papel de El Estilos y de paso, se convirtió en El caifán mayor.

De sus últimas publicaciones en redes sociales, antes de que dieran a conocer su hospitalización y después su deceso; fue una foto acompañada de un poema que escribió a manera de despedida para su amigo y compañero, Luis Eduardo Aute, pintor, poeta y músico, quién murió el 4 de abril después de haber sido hospitalizado debido a un infarto. De igual forma se despidió del poeta nicaragüense, Ernesto Cardenal, quién perdió la vida el primero de marzo por complicaciones de salud a sus 95 años. Ante esta pérdida, solo queda preguntarse; ¿Quién va a escribir su poema?, ¿Alcanzan las palabras para honrar su paso en la tierra?  

Óscar Chávez, se encuentra ya fuera del mundo; compañeras y compañeros, y ante nosotros la vida pasa haciendo remolinos de recuerdos.

 

 

Foto de portada: Facebook del artista

 

 

marianela@adncultura.org